Subiendo a El Arco desde el Ejido en la parte derecha de la
calle, se encuentra, lo que fue en su tiempo el Corral del Concejo, lugar donde
era conducido el ganado que entraban en las fincas ajenas, permaneciendo allí
hasta que sus dueños iban a retirarlos, pagando los daños originados a los
propietarios de estas fincas.
En mis cortos recuerdos al respecto, diré que cuando venían
ganaderos de Acehuche, Ceclavín, Portezuelo, hacia la Estación de Cañaveral,
descansaban por la noche en El Arco y con el permiso de la autoridad
competente, guardaban el ganado (vacas, cerdos, ovejas) en este lugar. Ignoro
si por ello pagaban algo al Ayuntamiento.
Esta pequeña finca, en forma del ovoide tenía un enorme arco
para portón de entrada, de ladrillos visto que llamaba la atención y había
gente que pensaba que por eso el pueblo se llamaba Villa del Arco, pero no era
así…
El Corral del Concejo tenía corralero, que era el que tenía
la correspondiente llave. De ello nos habla lo recogido de la Sesión Plenaria
del 27 de Noviembre de 1898, que dice entre otras cosas: “…y estado presente el
Alguacil de este Ayuntamiento, Miguel Díaz, hizo la proposición siguiente: que
se dé la llave en calidad de corralero y él se compromete a que ande el Horno
una vez o dos a la semana según la gente quiera amasar y ,habiéndose puesto a
decisión, se acordó por unanimidad aceptar la proposición hecha por dicho
Miguel Díaz y en su consecuencia que entregue la llave del corral a Don Vicente
Ramos Caso (menor) y que cese en referido cargo…”
Texto original: Manuel Ramos González
Texto editado: Emilio J. Orovengua
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